Formación y Cuidado

A pesar que la educación formal se genera en los establecimientos educacionales, las familias no podemos negar nuestro rol en la generación de hábitos de estudio, valoración de educación y el apoyo y soporte al proceso enseñanza – aprendizaje. En sencillas palabras veamos algunos consejos de un profesor normalista que se mantienen tan vigentes como en el pasado. 

Disciplinar a los hijos es un acto de amor. La disciplina facilita el aprendizaje de lecciones para la vida social, la integración con otros y el autodominio, pero no puede convertirse en un medio para quebrantar el carácter, someter la voluntad o vengarse por faltas cometidas. Al disciplinar asegúrese que:

1- Su cara no muestre frustración
2- Lo que se quite no sea esencial como la posibilidad de asistir a una clase, la comida, etc.
3- Asegúrese de demostrar amor al tiempo en que ejecuta la disciplina, como suspender un juego, o llevar a un “lugar de reflexión”.

La confianza es buena pero no debemos ser descuidados, los niños y jóvenes pueden estar expuestos a influencias negativas incluso a posibilidades de abuso. Para evitar estas situaciones recomendamos:

1- Conoce a sus amigos
2- Ten el computador en un lugar de acceso público
3- No le permitas participar en actividades ni reuniones donde esté solo con otro adulto, la medida mínima de seguridad es que en la actividad estén dos adultos del mismo sexo.
4- Elije un día para hablar de normas y de los cuidados del cuerpo y de su integridad, física, emocional y espiritual, se claro con el hecho que nadie puede tocarlo, y que nadie puede pedirle guardar secretos que no pueda contar a los padres o adultos responsables.